Nos dirigimos, junto con Emilio y Perita de Abedul, Compañía de Guías de Radiquero, a la casa de nuestro amigo Toño, en Lumero, entre Alquézar y Adahuesca, puerta de entrada al parque de la Sierra y los Cañones de Guara, en el prepirineo-oscense, situada en un marco incomparable
Nuestra intención, no era más que la de disfrutar una parrillada en una soleada tarde de febrero. Y así fue, pues nos pasaron las horas volando, charlando y participando en una sobremesa que se alargó hasta bien entrada la tarde. .
Al llegar, la primera en saludarnos agitando la cola fue Neska, un pastor vasco, que nunca deja de correr y saltar por los campos y senderos que cruzan cerca de la casa. De la misma manera, nos topamos con Pegaso, un burro que vive allí en su nuevo cobertizo y una gran era que tiene para retozar.
Bajamos hacia la entrada de la casa, donde nos sentamos fuera del porche, cerca de la parrilla, como no, y donde pronto empezaron a sentirse los aromas y olores que salían de las brasas. Fue el momento, entonces, de tomar carrerilla y degustar una crema de olivas regada al gusto. Inmediatamente después sacamos la parrilla y nos dispusimos a comer.
Después ya no dejamos la tertulia hasta que empezó a ponerse el sol, al tiempo que antes vinieron a visitarnos nuestro amigo y colaborardor de Abedul, Guayo y su hijo. Cabe decir, que el pequeño hizo de auténtico jinete, pues se posó sobre Pegaso y llevado por Toño se arrancaron un paseo por la era, con gran sorpresa y estupefacción de los asistentes.
Antes de marchar se hablaron de nuevas rutas por trazar, nuevos sitios por explorar y nuevas formas de entender los barrancos, sus ríos y rocas.